sábado, 12 de abril de 2025

MINIFICCIONES METAFICCIONALES Y METALITERARIAS

 MALDITA MALDICIÓN 

 

A Andrés Caicedo le profanaron la tumba tras años de haber muerto. Fue un grupo de lectores profanáticos. Enfermos de la mente por la obra maldita de nigromancia llamada El Necronomicón. El escritor suicida quedó perplejo tras la resurrección. Se palpó la boca: le habían arrancado los dientes excepto los colmillos.  El hecho es que Andrés Caicedo, iba por ahí un poco desnarizojerizado de la nostalgia. Por supuesto, casi nadie lo reconocía. Le vieron en discotecas de salsa y rock and roll. En cinemas matinales. Absorto en películas de vampiros, vaqueros y comediantes. Y bajo la canícula, sentía sed de sangre con vodka. Ahora Andrés Caicedo, está condenado a vagar sempiterno tras regresar de entre los muertos. 

MINIFICCIONES METAFICCIONALES Y METALITERARIAS

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