El ESTROPICIO
El repiquetear del teléfono sonaba hacía trece minutos sin cesar. Alzó la bocina. ¿Juan Pablo, oís? Sí cielo, aquí estoy, ¿cómo estás? ¿Dime qué ha sucedido cariño? ¡Por qué no contestabas, ve? Es Juana, se ha accidentado en la escuela. Al parecer se ha roto un bracito... Mirá, debes ir por ella y llevarla al Hospital, ¿Qué´aces Juan Pablo? Sabía que bebía. Mas estaba segura de que pronto lo dejaría. Una vez más… Regresaría a casa de sus padres a Buenaventura. ¿Juan? Sí… Debés ir por favor… Sabés que no puedo perder este trabajo. Tardaría horas en llegar y vos no… Recuerda que también es tu hija… Cariño, aún no logro mover la puta pierna… Dijo, aunque hacía un mes lo hacía. Prefería cobrar la pensión de su madre muerta de cáncer. Conduciré… Dijo conteniendo el hipo… Aunque se sentía un poco aturdido, quizá por el vodka naranja. Mierda, pensaba, Me perderé el partido del Real… ¿Estás desayunando licor Juanpa? Eres un degenerado, ¿cómo pensás ir así por la Juana? ¿Conducir así? Tomá un taxi y vete. Quedás a cinco minutos… Lo dejaría… De nuevo. Quizá conociera a alguien alguna noche… Aunque había subido de peso, creía lo haría. Sí cielo, iré. Tranquila, no te preocupes… Usá un abrigo y ve por Juana… Llevála al Hospital… Tomá dinero del armario, y por favor, no tardés… Desocupó el líquido naranja en el vaso. Esnifó cuatro veces. Hubo un silencio al lado de las dos líneas. ¿Cielito?… Ve por Juana, oís… No sabía por qué lo amaba. Juan Pablo se limpió la nariz. Tomó las llaves del vehículo. Cojeaba apoyado en la muleta. La arrojó pues hacía días no la necesitaba. Esta se estropeó. Subió al automóvil. Prendió la radio. No funcionó. Mierda, mierda, mierda … Dijo. Desapareció en la niebla. Pensaba en que Juana en realidad era una bastarda. De algún gorila del Pacífico… No de su sangre. No. Y en que odiaba a Bárbara. Sí. Se desvió hacia el bar… Vería el partido con alguna chica. Era la final del campeonato. Allí quizá no perdería su vida sin remedio…
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