miércoles, 22 de abril de 2020

Minificción en Colombia

Roles, de Guillermo Bustamante Zamudio: humor negro e ironía.

Roles
Bustamante Zamudio Guillermo
Ediciones Universidad Industrial de Santander
Dirección Cultural UIS
Bucaramanga
2008
141 páginas





Guillermo Bustamante Zamudio (Cali,  1958), es Licenciado en Literatura e idiomas de la Universidad Santiago de Cali. Magister en Linguistica y Español de la Univeridad del Valle y profesor de la Univeridad Pedagógica Nacional. Fue, junto a Harold Kremer, cofundador de la revista de minicuentos Ekuóreo en Cali, y A la topa tolondra en Tunja. Ha sido participe de varias antologías de minificción. Libros suyos son Disposiciones y virtudes y Noé, así como este que nos ocupa, el cual ganó el Tercer Concurso Nacional de Cuentos UIS (2007) cuyos jurados eran Fernando Cruz Kronfly, Roberto Rubiano y Serafín Martínez G. Estos, en el acta  del ganador dicen que:

"En Roles, no se narran historias en el sentido clásico y, a lo largo de esta apuesta narrativa, se privilegian opciones reflexivas y miradas que se distancian de las formas convencionales para provocar otra mirada sobre los temas que se abordan en estas apuestas narrativas." (Pág 4)

Lo cual es palpable en el uso de personajes icónicos de la cultura universal y literaria, quienes asumen otros roles distintos a lo convencional, por ejemplo Caperucita Roja emancipada, de forma irónica. Pues esta niña, en el cuento La actriz, convence a una amiguita para que asuma su papel en la historia, y luego de ser devorada esta, toma su propio rumbo. Actitud cruel y egoísta de la actualidad, del como lo llamó Albert Camus, individualismo moderno. 

Aparecen allí personajes arquetípicos de la cultura como la mencionada actriz, el justo, el guerrero, el rebelde, el creador, el enamorado, el escapista, el filósofo, el narrador, el escondido, el noctámbulo, el elegido, el suicida,el estudiante. el solidario, el astrófilo, el genio, el errante, el santo, el usuario. Y de estos roles, el autor sacará escenas irónicas, teñidas de mordacidad y humor negro corrosivo, para, más allá de una reflexión moral, al estilo de las fábulas o cuentos maravillosos, por ejemplo de los Hermanos Grimm, con sus intenciones didácticas con la moraleja, extraer de allí una crítica mordaz de la sociedad. 

Quizá ese es uno de los méritos del libro. Es decir, rehuir de los maniqueísmos y hacerle, como dijo Arthur Rimbaud, unas buenas bromas a la locura. En el cuento, el suicida, al mejor estilo de Enrique Anderson Imbert, nos muestra una escena de La Divina Comedia de Dante, donde en el bosque de los suicidas interrogan a uno de estos miserables quien dice que "decidí suicidarme en defensa propia" (Pág 87), debido a su vida de excesos y drogas. 

Además funcionan estos textos como una capsula de reflexión, en medio de la fugacidad e inmediatez de los textos en la cultura digital del siglo XXI. En la llamada por el profesor Fabio Jurado Valencia, Galaxia whatsapp, donde la escritura y lectura resulta acrítica por la velocidad del mundo en que vivimos o sobre-vivimos... 

Vemos allí las caracterísitcas del minicuento, a decir de la crítica Violeta Rojo, quien menciona tres de éste género: la brevedad, la intertextualidad y lo proteico. En el cuento El noctambulo, un travesti es golpeado salvajemente por unos cabezas rapadas. Al final, con gran gozo, éste dice: "Gracias, Dios, que hiciste a estos justicieros, o si no ¿cómo podría pasar un sadomasoquista una noche inolvidable? (Pág. 75) Cuento que me recuerda el de Enrique Anderson Imbert titulado  Sadismo y masoquismo:

Escena en el infierno. Sacher-Masoch se acerca al marqués de Sade y, masoquísticamente, le ruega:
-¡Pégame, pégame! ¡Pégame fuerte, que me gusta!
El marqués de Sade levanta el puño, va a pegarle, pero se contiene a tiempo y, con la boca y la mirada crueles, sadísticamente le dice:
-No.




Con lo cual vemos los otros dos rasgos fundamentales de este género literario: el humor negro y la ironía. Y con esto cerramos la reseña de Roles. Dejando abierta la invitación a leer estos y otras minificciones, pues Colombia, y en especial latinoamérica cuenta con grandes en este género, por ejemplo Julio Cortázar quien decía que si el cuento es una pelea de boxeo, debe ganarse por Knock out. O Borges quien lo cultivó de forma prolífica. 

Así mismo Juan José Arreola, el mismo Augusto Monterroso, con su archifamoso Dinosaurio, Julio Torri, Luis Vidales, Ana María Shua, Harold Kremer y Guillermo Bustamante Zamudio, entre otros muchos... No olvidemos que tiene mucho de relato mítico, de aforismo, de haikú, de chisme inclusive y de parodia. Entonces resulta, en ese sentido, bastante polisémico, dado su carácter de palimpsesto,  por lo cual genera enriquecedores diálogos intertextuales. 

Así es que a leer minicuentos se dijo. Por eso, antes de irme, dejo uno del maestro Luis Vidales, precursor de la minificción en Colombia, con su libro Suenan Timbres y a propósito de la pandemia que nos aqueja:

Superciencia

Por medio de los microscopios, los microbios observan a los sabios.


POR:
VÍCTOR HUGO OSORIO CÉSPEDES
LIC. LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
I.E.T LEPANTO. MURILLO
22-04-2020



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